Valores al alza

Interesante novillada sin picadores en la que los becerristas Miguel Luna, Juan García Ternera y David Bolsico salen a hombros junto al ganadero Carlos Muñoz. Daniel Araujo y Antonio Gómez, no tuvieron suerte con los aceros, lo que impidió que pudieran salir también por la puerta grande (GALERÍA GRÁFICA EN EL INTERIOR)

José Luis Venegas Regajo.-

Cuando te crees que los has visto todo y lo que tienes ante ti ya no le das valor, cuando decaen ilusiones por comentarios agoreros de que esto ya no es lo que era, cuando piensas que la afición se pierde y las cifras van en picado, ahí están ellos, los becerristas, para dar un subidón de moral a una tradición que pervive y pervivirá por mucho con gente ansiosa, jóvenes valores al alza como los que en la cita de Fregenal han demostrado sus ganas por decir: ¡Aquí estoy yo!. De hecho, mucha valentía de alguno de los novilleros de este festejo desborda a aquellos que, como decíamos, hacen que creas que lo has visto todo. Pero no, amigo, no. Y como muestra esta tarde en la que acompañó prácticamente todo, con chavales entregados y ganado bien presentado, con especial comportamiento el sexto que transmitió en la embestida.

Abría plaza Daniel Araujo, joven de Utrera, con un eral algo escaso de fuerzas y del que sacó todo a media altura, después de exigirle mucho por abajo. No obstante, en el toreo de capa destacó en una verónica, si bien lo interesante estuvo en el quite que realizó el segedano Miguel Luna con exquisitos delantales. Posteriormente, y ya en la faena, de suma calidad fueron un par de trincherillas en la segunda tanda, en la que ligó los mejores pases. Con el hierro perdió un merecido trofeo tras cinco pinchazos al entrar a matar, que consiguió con una estocada algo caída pero suficiente. La actuación fue reconocida con aplausos.

El segundo en lidia fue Miguel Luna, natural de Zafra, a quien le tocó un novillo un tanto correoso con el que tuvo dificultades para llevarlo a buen terreno. Lo recibió con una larga cambiada con rodillas en tierra para apretar un arreón que levantó a los tendidos después de realizar él mismo el quite. Con la muleta, el becerrista demostró avidez y una soltura encomiable con regalos al respetable como pases cambiados por la espalda, llevando a la res muy ajustada, molinetes, algún que otro estatuario y poniendo fin a la faena con una tanda de manoletinas rematadas con desplante ante la cara del eral. Al entrar a matar, le fue complicado colocarlo por la distracción del animal, pero mató a un tiempo. Tras dos fallos con el descabello, la res estaba en el suelo y el público, con la venia del presidente, le concedió dos orejas.

El eral de Antonio Gómez, becerrista de Zahinos, fue de los más complicados de la tarde a la hora de ligar en las tandas. Antes de banderillear la cuadrilla, el frexnense Juan García hizo un medido quite por gaoneras, para dar paso a la faena de muleta. Al joven zahinero le costó llevar al animal, que no transmitía lo suficiente, aunque tuvo sus momentos con una buena tanda toreando al natural y por momentos se lo pasaba muy arrimado, hasta el punto que en un par de ocasiones se llevó sustos del eral, incluso en uno de los golpes de descabellos que tuvo que ejecutar tras su fallo a espadas. Al final dio una vuelta al ruedo por decisión propia y terminó en la enfermería con un esguince de ligamentos en la rodilla derecha.

El becerrista Juan García se ponía por primera vez el traje de luces, en este caso turquesa y azabache, ante la afición de su pueblo Fregenal y afrontó la ocasión con gran valor ganado en tardes autodidactas. Llevó bien desde el principio con el capote a su eral en suerte hasta los medios donde su compañero de Higuera la Real, David Bolsico, realizó un quite en el que regaló un farol pinturero. Ya con la muleta, Juanjo, como es conocido por sus paisanos, brindó a sus padres y con él dejó clases de un toreo impetuoso, que por momentos levantaba a los tendidos con su arrojo. Pasaron así dos buenas tandas con derechazos, interrumpidas por algún pisotón de la res en la muleta, pero solo con ver la forma de lanzarse a por ella y seguir enfrentándose al astado con las rodillas en tierra, el becerrista se llevó al público a su terreno del descaro, dejando igualmente buenos pases, con toreo en redondo. Mató con una estocada algo caída y lo remató con un descabello preciso, que todo en conjunto le valió para dos orejas y rabo.

Cerraba la tarde David Bolsico, becerrista experimentado en la gallardía que se aprende en ningún sitio mejor que en la Escuela de Tauromaquia. Con el capote se lució, incluso en un pique sano en el que realizó Daniel Araujo y le respondió el protagonista en cuestión por chicuelinas. Posteriormente, brindó a su padre una faena en la que dejó buena nota de toreo de elegancia en los medios, tanto con la derecha como con la izquierda, manejando al animal a su antojo y éste, de nombre ‘Sorpresa’, mostró buena clase y bravura. En su repertorio dejó un magnífico circular invertido a ritmo pausado, así como un par de manoletinas, con algún que otro susto, pero no perdió en ningún momento la planta. Con el acero demostró gran dote y entró a la primera una buena estocada, a la que le faltaron escasos centímetros para dar con el hoyo de las agujas y rematar una gran faena, pero el eral, respondiendo a su buena condición se mantuvo hasta que el becerrista lo finiquitó con el verduguillo. Consiguió dos orejas bien ganadas y con una vuelta al ruedo fue despedido el eral, ‘Sorpresa’.

Tantas y tantas sorpresas que en esta tarde ha deparado el coso de Fregenal de la Sierra, en el que se abre paso la nueva cantera de jóvenes ávidos de nuevas citas, y con ellos nuevos aficionados a esta tradición tan singular.

GALERÍA GRÁFICA (GALLARDO)