Al final todos contentos

Los tres rejoneadores salen a hombros del coso segedano en un festejo que más allá de las orejas cortadas estuvo marcado por la bronca que escuchó Diego Ventura y que apaciguó toreando de muleta al sobrero que regaló.  (GALERÍA GRÁFICA EN EL INTERIOR)

Sandra Carbonero.-

Polémico y triunfal corrida de rejones, que ha clausurado esta tarde la Feria de Zafra. Polémico por un suceso ocurrido en el quinto toro con Diego Ventura, que tras el enfado del público terminó pidiendo el sobrero. Y triunfal, porque los tres salieron a hombros tras cortar dos orejas cada uno.

Andy Cartagena se mostró voluntarioso con el astado que abrió plaza, al que colocó un rejón de castigo. Valiente Cartagena puso banderillas pegado a tabla, donde sufrió un pequeño susto al golpear el toro al caballo. Remató su labor clavando tres banderillas cortas en el centro del ruedo con el animal muy parado. El fallo con el rejón y el descabello le privó de cortar algún trofeo.

En el cuarto salió entregado, después de ver que sus dos compañeros ya tenían abierta la puerta grande. Gran labor la de Cartagena con un toro que se dejó. Estuvo espectacular montado sobre Pericalvo, bailando en la cara del toro a los sones de ‘Manolete’, con el que colocó dos banderillas de frente. Remató con tres cortas y se adornó con el caballo de rodillas frente al público. Un rejón y un descabello bastaron para acabar con la vida del de Bohórquez.

Ventura puso la cal y la arena en la tarde de hoy. Cortó dos orejas a su primero, premio tal vez excesivo, con un toreo muy puro. Sacó para recibir a su primer oponente a Buena Vibra, con que le puso dos rejones de castigo. Brillante estuvo con Nazarí, con el que clavó tres banderillas. A lomos de Oro, colocó un gran par, que adornó con el caballo saludando con la pata a los espectadores. Culminó su faena poniendo dos banderillas cortas con Remate. Un rejón de muerte fue suficiente para que la plaza estallara en pañuelos.

En el quinto, Ventura contrariado por el toro, colocó tres banderillas y acabó con la vida del astado. La plaza reprochó a Diego su actitud y el rejoneador pidió el sobrero, que saltó al albero en séptimo lugar. El rejoneador fue a por todas para recompensar a los presentes. Vibrante el hispano-luso, que dio una vuelta al ruedo galopando y tras él, el toro, sin pausa, apretando. Destacó la tercera banderilla que puso de frente y salió el caballo de la cara del animal haciendo una arriesgada pirueta. Como epílogo final, cogió la muleta y le instrumentó una buena seria por el pitón derecho, rematado con una trincherilla.

Un clamoroso Leonardo Hernández colocó un rejón de castigo al tercero y simuló poner un segundo. Clavó muy bien una banderilla al quiebro, en la que el toro le apretó contra las tablas y salió airoso, lo que llevó al público a ponerse en pie. Puso otra, viniéndose de largo y adornándose en la cara del astado. Continuó con un par de banderillas a dos manos espectacular, girando el caballo. Tres banderillas cortas y una rosa en el centro del ruedo concluyeron la faena que fue premiada con dos orejas.

Al sexto, que brindó a su cuadrilla, lo recibió en la puerta de chiqueros. Desafortunadamente, al clavar el rejón de castigo, un arponcillo se incrustó cerca de la carótida de su caballo. Destacó con las banderillas cortas, colocando tres al violín. Fue ovacionado tras fallar con el descabello.

GALERÍA GRÁFICA (GALLARDO)