BALANCE de la jornada

Talavante y Larios dos historias distintas

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Dos toreros pacense hicieron ayer el paseíllo en plazas de la geografía taurina. Y cada uno de ellos con una historia diferente. Alejandro Talavante, en Getafe y Manuel Larios, en Sevilla.

Redacción.-

El balance de las actuaciones de toreros pacenses que han realizado el paseíllo hoy,  domingo 30 de mayo, ha sido el siguiente:

CORRIDA DE TOROS.

  • Getafe: Tres cuartos de entrada.Toros de José Luis Marca, nobles en conjunto, aunque desrazados los tres últimos. David Fandila ‘El Fandi’, oreja en ambos. Alejandro Talavante, oreja y saludos. Javier Cortés, dos orejas y ovación..

Según crónica de burladero.com sobre la actuación de Alejandro Talavante esta tarde en Getafe: «Talavante hilvanó una faena tempalada a un buen toro, el segundo, al que sin embargo le faltó algo de chispa, lo que no permitió explotar al trasteo. Pese a ello, bien Talavante, que se anotó otro trofeo. Con el quinto, bajo de raza, volvió a estar templado aunque no pudo levantar el vuelo la faena por la escasa emoción del toro de Marca.«

NOVILLADA CON PICADORES.

  • Sevilla (Real Maestranza): Más de media plaza. Novillos de El Torreón, desiguales de presentación, algunos muy justos de trapío y de juego variado. Martín Núñez, vuelta al ruedo tras petición y oreja. Manuel Larios, saludos y silencio. Conchi Ríos, leves palmas y ovación con saludos.
    Manuel Larios lanceando a la verónica al quinto de la tarde. (FOTO:Sevillataurina.com)

Según crónica de sevillataurina.com sobre la actuación de Manuel Larios esta tarde en La Maestranza: «La faena de Manuel Larios al noble y paradito segundo no pasó de correcta. Tras mostrar su elegancia con la capa se conformó con demostrar un toreo de admirables formas, de trazos cadenciosos, y despaciosos obligados de pecho. Sin embargo, se dejó llevar por la estética y se olvidó de la verdad de un toreo que, por desajustado y poco emotivo, careció de autenticidad. Al final se paró el novillo y se diluyó un trasteo venido a menos. Con el quinto, al que toreó con gusto a la verónica, desistió demasiado pronto tras comprobar los complicados topetazos de un novillo que se paró sin remisión. Mató bien a su primero y lo hizo mal con su segundo.»