XXX aniversario

«La feria ha puesto a Olivenza en un mapa general»

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Jacinto y Jesús Ortiz en su burladero

Los hermanos Jacinto y Jesús Ortiz, herederos de la pasión que llevó a Marceliano Ortiz Blasco a comprar la plaza de toros de Olivenza, reciben a Badajoz Taurina en el año en el que se conmemora el 30 aniversario del comienzo de una feria que con el correr de estas tres décadas se ha consolidado como la feria referente del inicio de temporada, o lo que es lo mismo, la consolidación del sueño de su padre.

Antonio Girol.-

       Olivenza nos recibe con esa apacible calma que tienen los pueblos de nuestra tierra y que contrasta con la vorágine que, en menos de una semana, se vivirá en sus calles cuando se llenen de aficionados sedientos de ver toros en directo tras un invierno que siempre se hace especialmente largo.

Los hermanos Jacinto y Jesús Ortiz, este último con su pequeño hijo Jaime de la mano, nos esperan a pie de plaza. De la de toros y de la pública que lleva el nombre de su padre, el recordado Marceliano Ortiz Blasco. Unidas ambas por el nexo causal de un hombre capaz de poner su hacienda al servicio de su pasión: los Toros.

  • ¿Cómo surgió la idea de comprar la plaza?

Jesús Ortiz: Fue un poco producto de la casualidad. Un amigo suyo tenía la mayoría de las acciones de la plaza de toros y quería venderlas. Le llamó y en una mañana hizo el trato. Para mi padre era un sueño tener esta plaza – nos dice desde el mismo centro del ruedo – y poder arreglarla como se arregló porque estaba prácticamente en ruinas. Él tenía el sueño de que hubiese toros en Olivenza y que fuesen buenas corridas.

  • ¿Cómo era vuestro padre como aficionado y cómo oliventino?

Jacinto: Como aficionado no he conocido a nadie con una pasión más desmedida. Si afición tenía por lo que ocurría en la plaza más si cabe por el toro en el campo, los encastes, el comportamiento de las vacas en los tentaderos…Todo ese tiempo que le dedicaba al toro lo llevaba a la par de sus muchas actividades profesionales y empresariales. Murió muy joven, con cincuenta y cuatro años, por lo que solo pudo ver la feria de marzo de 1991. La del 92 ya no la conoció. Pudo vivir cumplido ese sueño como también el de publicar sus libros taurinos. El último, concretamente, una enciclopedia titulada Tauromaquia de la A a la Z, hecha únicamente por él, a la que le dedicó un montón de horas de despacho, en una época que no era tanto de ordenador sino de bolígrafo y máquina de escribir. Era como si lo hubiese querido dejar todo hecho para morir tan joven. Y como oliventino decía siempre que no podía concebir que hubiese una plaza tan bonita y a la vez tan abandonada. Fue clarividente al comprarla y querer hacer, palabras textuales suyas, una gran feria taurina.

  • ¿Hacer la feria en marzo también fue una idea que él albergó desde el principio?

Jacinto Ortiz: Habitualmente aquí se habían dado festejos menores en agosto y en marzo, en años anteriores, se venía intentando dar algo: alguna novillada o corrida de toros. Si bien es cierto, que no eran carteles rematados. Con la idea de huir de la fecha de agosto porque en ese mes había toros en otras muchas partes de España y era más complicado poder hacer un cartel importante, al llegar nosotros, mi padre y mi tío Pablo vieron claro que la apuesta había que hacerla por la feria de marzo. Se empezó con una corrida. La idea era hacer esa corrida y consolidarla sin pensar en un mayor crecimiento. De hecho, la plaza se adquirió en verano de 1990 con el pensamiento de que el primer fin de semana de marzo fuese la primera corrida de esa feria.

  • Han pasado tres décadas, que es una cifra de años considerable. En este tiempo, ¿qué es lo que más os ha sorprendido de la consolidación de la feria?

Jesús: La propia consolidación porque nunca llegamos a pensar que esto podría llegar a convertirse en lo que es. No ya solo a nivel taurino sino también como revulsivo económico y turístico para la provincia de Badajoz y para toda Extremadura.

  • Para alguien que lo vea desde fuera y con la mirada del ahora puede parecer sencillo, pero detrás de esta consolidación hay muchas horas de trabajo. ¿Cómo ha sido esa labor?

Jacinto: El primer año con la recuperación del edificio y la confección de un cartel muy bueno parecía que lo habíamos hecho todo. Había venido mucha gente y también medios de comunicación. A los que había que traer porque desconocían no la feria, sino Olivenza. Cómo se llegaba hasta aquí. Tenemos que ponernos en situación para ser conscientes de esto. Hace treinta años no se venía a Extremadura en autovía. Se venía por carreteras bastante recónditas que había que buscar en un mapa de papel. A partir de ahí la evolución ha sido permanente. Tanto desde el punto de vista del edificio de hecho han pasado treinta años y aún no hemos terminado de hacer retoques como desde el punto de vista de exigencia a la empresa organizadora de la feria, en lo que compete a carteles para que hubiese una plaza de mucho nivel que fuese en consonancia con los espectáculos que se ofreciesen. En este tiempo tanto por nosotros, como propiedad, como por la empresa, en su mayor tiempo regentada por José Cutiño y Joaquín Domínguez, se han cuidado todos los detalles y la calidad de todo lo que se hacía. Esa ha sido la premisa para que la feria de Olivenza haya llegado al sitio en el que se encuentra.

  • Mantenerse dicen que es siempre lo más complicado. Están surgiendo otras ferias con un formato similar y en estas mismas fechas como la de Illescas. ¿Cómo veis el futuro?

Jacinto: Con el respeto que nos merecen todas esas grandes ferias que hay, mientras Olivenza siga en su línea no creo que haya que preocuparse. Si se continúa haciendo una apuesta por la continuidad en la misma línea de la calidad y el estilo que persigue el aficionado, que es muy fiel y año tras año viene, la feria va a tener un buen futuro. Incluso se llegó a ampliar a un festejo más que hemos decidido retirar porque no cabía en las horas, en el tiempo, y pensamos que la medida ideal es la de tardes del viernes y sábado y el doblete del domingo.

  • Del otro mantenimiento, del de la plaza damos buena cuenta en esta visita. El coso está prácticamente acicalado, salvo los últimos retoques, para abrir sus puertas. Y con alguna nueva obra como una nueva bocana que se ha abierto en los tendidos de sol para hacerlos más accesibles. Sus propietarios nos narran cómo es el proceso de adecentamiento anual.

Jesús: Es un edificio antiguo construido sobre tierra que sufre mucho el invierno. Pase lo que pase, después de Navidad se empiezan las obras de mejora y mantenimiento para que cuando se abran las puertas en la primera semana de marzo la vean en perfecto estado.

  • Quedarse con un año en concreto debe ser muy difícil, pero ¿hay alguno que sea especial para vosotros por su significado?

Jesús: Para lo que es la propia feria y la plaza quizás el de la reaparición de Espartaco tras aquella lesión tan importante de rodilla. Eso le dio un gran impulso a nivel mediático a la plaza y a la feria. Date cuenta de que aquello fue portada de periódicos nacionales e internacionales. A partir de ese día el impulso fue a más.

  • Olivenza y la edad de oro de la tauromaquia en Badajoz inexorablemente van de la mano, ¿tenéis vosotros también esa sensación?

Jacinto: Es que ha tenido que ver. Cuando empezamos con la plaza de Olivenza no existía nada de eso. Teníamos los toreros que teníamos y con el crecimiento de la feria se fue calentando el ambiente y empezaron a querer venirse a esta zona determinadas figuras para asentarse con sus ganaderías. Los chavales al ver ese movimiento taurino empezaron a querer apuntarse a la escuela y comenzaron los debuts con picadores en Olivenza. Y añado más, hubo otras plazas en la provincia que se rehabilitaron después de ver lo que habíamos hecho en Olivenza.

Jesús: Y algo muy importante también y es que siempre, siempre, en la feria se han celebrado novilladas con picadores. Algo que no se suele dar ya casi en ninguna feria. Vamos, de las otras de Extremadura creo que somos los únicos. Incluso se intentó hacer un ciclo de novilladas que no terminó de cuajar.

Jacinto: Además, es la escuela la que designa qué alumno es el que debuta y se le abren totalmente las puertas. Prácticamente todos los que ahora son figuras del toreo de nuestra provincia ha debutado aquí. Y Ferrera, que no debutó, en cambio tomó la alternativa. Son muchos los factores que han consolidado esta feria y han puesto a Olivenza en un mapa general.

  • Sale el tema de los debuts, de los toreros jóvenes de la tierra e inmediatamente surge el nombre de Ginés Marín. Torero local al que los dos hermanos Ortiz van a apoderar esta temporada. Un torero al que conocen desde que empezó a soñar con alamares y con el que Jacinto ya estaba unido en su anterior equipo.

Jacinto: Ginés ha tenido mucha relación con nosotros. Hace cinco años se formó un equipo de apoderamiento en el que quiso que yo estuviese. Era un equipo amplio, en el que algunos, como era mi caso, estábamos un poco en la sombra. Al producirse la ruptura con lo que ha sido la FIT, el torero barajó varias opciones y después de darle vueltas me dijo que tirásemos nosotros para adelante con los riesgos y dificultades que conlleva el tema de la independencia. Creo que de toreros con coraje y con valor son de los que se pueden escribir cosas y él ha querido tirar por ese camino. No le puse ninguna pega y le dije que yo iba a estar apoyándole como antes le había apoyado en una medida y ahora en una mayor. A partir de ahí nos hemos puesto a trabajar con mucha ilusión. Le hemos hecho Sevilla y estamos a las puertas de negociar Madrid. Ginés tiene condiciones para ser un torero grandioso, así lo he creído siempre. Ojalá le acompañe la suerte porque esto está muy difícil y cada año hay que revalidar lo del anterior. Con trabajo e ilusión, y con afición, lo haremos lo mejor que podamos.

Que así sea. Como también otros treinta años de feria de Olivenza.


FOTOS: JOSÉ MARÍA BALLESTER