Roban una oreja a J. Solís

La injusticia se sienta en su palco

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La cara, ese espejo que tiene el alma, lo dice todo: incredulidad, disgusto, amargura, pesadumbre…Ese el rostro que se le quedó a Javier Solís tras observar cómo César Gómez Rodríguez, presidente de Las Ventas, ignoraba la petición de esa oreja que el torero había buscado con rabia y ahínco ante un toro al que tuvo que inventar una faena. Sin embargo este césar del siglo XXI prefirió bajar el pulgar para aniquilar las ilusiones de un torero que buscaba en agosto agarrarse a un clavo ardiendo. El Sr. Gómez seguro que tendrá nuevas oportunidades de pegar otro petardo desde su poltrona. Más difícil lo va tener Solís para poder volver a Las Ventas y hacer otra faena por la que le vuelvan a pedir un trofeo con la fuerza que lo hicieron aquellos pocos aficionados que acudieron esta tarde a la plaza. Ahí radica la diferencia entre ser justo o arbitrario.