ALMENDRALEJO - Corrida de toros

El sueño de una noche de verano

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Tomás Angulo corta cuatro orejas en su alternativa y sale en hombros junto a El Cid, que obtuvo tres apéndices, y José Garrido que paseó dos trofeos. Finito de Córdoba tuvo que conformarse con saludar sendas ovaciones. La corrida de Algarra destacó por su buena presentación.

LA FICHA

TOROS: Se han lidiados toros de Luis Algarra Polera, de excelente presentación y juego dispar. Los tres primeros ovacionados al arrastre.

ESPADAS:
– Finito de Córdoba (sangre de toro y oro), ovación con saludo y ovación con saludo.

– El Cid (tabaco y oro), dos orejas y oreja.

– José Garrido (azul pavo y oro), dos orejas y ovación con saludo.

– Tomás Angulo (blanco y oro con cabos negros), dos orejas y dos orejas

INCIDENCIAS: Media plaza de aforo. Tarde agradable. Tomás Angulo tomó la alternativa con ‘Guapetón’, nº 22, de Luis Algarra. Saludaron en banderillas: El Fini y Amores, en el 4º, y Valdeoro y Amores, en el 7º


Instante en el que Finito da la alternativa a Tomás Angulo (FOTO: Gallardo)

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Gallardo

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Antonio Girol.-

Llegó vestido de blanco inmaculado. El áureo bordado ribeteado de azabache. Cruzó el patio de caballos y con la sonrisa prendida en su rostro fue saludando a todos los que encontró a su paso. Era su día. Ese que cuando juegan al toro, todos los niños sueñan que triunfan y son sacados a hombros mientras sus partidarios gritan a los cuatro vientos el nombre que, en grandes letras de imprenta, es anunciado en los carteles que empapelan paredes y puertas de la plaza.

Así debió soñarlo tantas veces Tomás Angulo en las señoriales noches de Llerena. Cuando volvía de la Escuela Taurina o tras sus compromisos con caballos, después de haber dejado a su inseparable Paquito en Almendralejo y retornar al hogar de esa madre que hoy lloraba de emoción tras recoger la montera de su hijo en un brindis cargado de significado. Sueño que se ha hecho realidad en el mejor marco posible, aquel que ofrece la plaza de toros más coqueta de esta región. La que reposa en el regazo de la Virgen de la Piedad.

Todo comenzó a las ocho y cuarto de la tarde. Justo en ese minuto, Finito de Córdoba investía a Tomás Angulo doctor en Tauromaquia. Mientras la cuadrilla ‘sujetaba’ al burraco ‘Guapetón’ que había sido aplaudido de salida por su bella estampa. Toro con trapío. De esos que en el argot se dice que llenan plaza. Al que habían dejado muy crudito en el caballo y que obligó al toricantano a emplearse en unos doblones de inicio para salirse con él a los medios. En el lugar exacto donde desarrolló toda la faena.

Una faena bien cimentada por el lado derecho en series que ligó en redondo y que abrochó con pases de pecho. No fue fácil el de Algarra porque a sus hechuras unió cierto picante que había que saber condimentar en la muleta. En frente encontró un torero decidido a triunfar y que no le tembló el pulso ni siquiera al plantear pelea por el pitón izquierdo, por el que picaba hacia adentro dificultando el toreo al natural. Mató de entera algo caída y tuvo que hacer uso del descabello, lo que no fue impedimento para que desde el palco le fuesen concedidas sus dos primeras orejas como matador de toros.

«…Todo comenzó a las ocho y cuarto de la tarde. Justo en ese minuto, Finito de Córdoba investía a Tomás Angulo doctor en Tauromaquia…»


 

Hasta verle con el octavo hubo que esperar casi tres horas de festejo. Era de suponer que si el bonito había sido el de la alternativa, el que quedaba en los corrales sería un tío, y así fue. Un toro con kilos y bien puesto de pitones que certificó un encierro sensacionalmente presentado.  -Hago aquí un inciso para felicitar  a la empresa Coso de Badajoz por la presentación de la corrida de Algarra. No me duelen prendas hacerlo al igual que otras veces, en especial en Badajoz, he sido crítico al respecto. Nobleza obliga en esta ocasión reconocerlo – Hecha la observación continúo con el devenir de los hechos:

Angulo lo paró de salida con una larga cambiada, que no de rodilla. Como a su hermano de camada, a éste tampoco le pegaron mucho en el caballo. Por saltilleras lo quitó del equino. Ya en banderillas se pudo apreciar que el morlaco tenía tralla en las embestidas. Había que presentarle batalla con firmeza y la encontró en las muñecas del llerenense, que no se arredró en ningún momento. Llevó a cabo una faena de mucha raza. En la que puso toda la carne en el asador hasta conseguir doblegar las impetuosas acometidas. Tras haber dejado señalado un pinchazo sin soltar tiró al toro sin puntilla. Lo que supuso que los tendidos se poblaran de pañuelos que se tradujeron en otros dos apéndices que pasear en olor de multitudes ante paisanos y amigos.

Si Angulo es el último en llegar a la mesa del toreo, José Garrido que ha sido el penúltimo parece que llevase veinte años por como resuelve delante de la cara de los animales. A su primero lo lanceó a la verónica con delicadeza similar a la seda con la que parece que esté confeccionado su capote. Percal sin apenas apresto ni forro que mueve con singular cadencia en las gaoneras de los quites. A su singular tauromaquia aúna una capacidad de improvisación que aún hace más interesante el ir a verle. Mismamente esta tarde sorprendió con un inicio de último tercio en el que instrumentó, de rodillas, un afarolado para luego seguir toreando de esa guisa y meter de lleno a la gente en la faena.  La cual estuvo cosida por el hilo de la ligazón por uno y otro pitón. Encajado y gustándose en los remates enjaretó pases muy medidos, en los que destacó una serie muy templada al natural. Y sabor, mucho sabor torero, tuvo el epílogo por doblones antes de dejar un pinchazo hondo y una estocada entera, que le valieron para cortar también dos orejas.

El séptimo era un regalito. Al que Fini bregó primorosamente. Lástima que la ovación que compartieron Valdeoro y Amores en banderillas no se hubiese hecho extensiva también a su compañero, porque bien la mereció por la majestuosidad con la que puso al toro en suerte. A pesar de tan buena lidia, el de Algarra no mejoró en nada.  Buscó Garrido cierta complicidad al traérselo más allá de la segunda raya, pero el barrabás se le coló a la primera oportunidad que tuvo. Complicado por cuanto medía en cada acometida obligó al de Badajoz a tener que hacer un sobre esfuerzo porque a este defecto unía el de ser tardo, incierto, y tener poco recorrido. Lo cual aún dificultó más el estar delante de su cara. Aún así, Garrido lo probó por uno y otro pitón para enseñárselo al público en una faena de mucha disposición. Por la que fue ovacionado con fuerza tras despachar a su antagonista con un certero golpe de cruceta.


«Al que Fini bregó primorosamente. Lástima que la ovación que compartieron Valdeoro y Amores en banderillas no se hubiese hecho extensiva también a su compañero, porque bien la mereció por la majestuosidad con la que puso al toro en suerte.»


Tres orejas ha cortado El Cid. ¿Significa eso que hemos visto al Cid de las grandes tardes? Pues mire usted, no. Diferente es que la gente haya estado muy cariñosa con el de Salteras, y aún más cariñoso el presidente. En la faena a su primero siempre tuvo que perderle un paso al toro para poder ligar los derechazos y naturales que instrumentó. En la de su segundo, un bonito sardo, que tenía muchas teclas que tocar, tuvo que tirar de raza y andar listo a la hora de estructurar su lidia. Logró de este modo ir enjaretando una labor a un animal que no humilló en ningún momento, y que unió además el hándicap de quedarse muy corto, en una media embestida que aún dificultó más su actuación.  A sus dos antagonistas los despachó tras pinchar en un primer intento.

¡Ay si Finito hubiese querido mandar en esto del toreo!…Lo tuvo todo, o mejor dicho, lo tiene todo porque a su elegancia natural aúna unas maneras propias de los toreros más clásicos. Y una gran inteligencia. Pero Finito no quiso, o no pudo. Al menos de vez en cuando nos salpica con sus gotas de esencia. Como el inicio de faena a su primero, en el que toreó a favor del toro. Sin apretarle. Ayudándole para que aprendiese a embestir y así poder después instrumentarle un par de series en redondo, en las que se encajó y dejó pasajes dignos de ser inmortalizados al óleo. Lástima que pinchase porque de lo contrario habría tocado pelo.

También, en el quinto, intentó torear a favor de su oponente. Se dobló con él sin apretarle. Solo llevándole para que fuese hacia adelante. La intermitencia de las dos primeras series mejoró en la tercera, cuando ya sonaba la música, y la estética del Fino pintó muletazos de buen trazo. Lástima que el burel comenzase a protestar e impidiese concretar si la faena hubiese ido a mayores. Lo que sí se pudo ver, y es de agradecer, es lo que vino a continuación, una lidia sobre las piernas. Algo hoy tan en desuso que toreros jóvenes como los que esta tarde han compartido cartel con el cordobés, no son capaces de improvisar cuando hay ocasiones. Hecha con gusto tiene una vistosidad que sería interesante rescatar más a menudo para que el público la apreciase en su justa medida. Al toro complicado, al que no admite otra cosa, es de recibo hacerle ese tipo de lidia porque es la que demanda y porque es de un clasicismo que apetece ver redimida. Como hoy la rescató Finito para emular, y honrar, la memoria de toreros como El Gallo, Belmonte, Chicuelo, Pepe Luis, Rafael Ortega y tantos otros representantes de ese friso taurino que cada vez parece más lejano.


GALERÍA GRÁFICA (GALLARDO)

Tomás Angulo

Tomás Angulo, liándose

Paseíllo con historia

El toro del doctorado

Tomás Angulo

Alternativa

Tomás Angulo Tomás Angulo Tomás Angulo
Tomás Angulo Tomás Angulo

Tomás Angulo

Tomás Angulo Tomás Angulo Tomás Angulo
Finito de Córdoba Finito de Córdoba Finito de Córdoba

Finito de Córdoba

El Cid El Cid

El Cid

El Cid

José Garrido

José Garrido

José Garrido

José Garrido

José Garrido

José Garrido

José Garrido

Angulo, El Cid y Garrido, en hombros

OTRAS IMÁGENES (GALLARDO)

Tomás Angulo y Paco Ruiz, antes del paseíllo Brindis de alternativa Evocando la memoria de su padre
Voy a mirar el orden de lidia en BT Miguel A. Silva aplaudiendo a su amigo Angulo Mujeres guapas en los tendidos
Devolución de trastos El alcalde de Almendralejo y su esposa Ildefonso Gómez y su esposa, apoyando a Tomás Angulo.

Garrido perfectamente colocado para proteger el caballo

Impecable presentación de la corrida de Algarra

Garrido brindando al maestro Luis Reina

Angulo brindando a su emocionada madre

 

Fco Javier Serrano y Javier González Barquero apoyando a Tomás Angulo

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