AL QUITE - Antonio Girol

Qué tiene esta bola que a todo el mundo le mola…

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«…tantas prisas por saber que en Olivenza un año más repetirán los mismos hierros y casi la totalidad de toreros de un año a otro. Como parece desprenderse de la primicia de Molés. Sinceramente, para ese viaje no creo que sea necesario formar tanto alboroto a primeros de enero y menos de madrugada…»

Antonio Girol.-

     Se podría decir aquello de con nocturnidad, en clara referencia a que era muy de madrugada, Manolo Molés a través de las ondas de la cadena SER desvelaba las posibles combinaciones de la próxima feria de Olivenza. He de confesar, queridos lectores, que yo a esa hora dormía plácidamente en mi cama y no lo escuché. Me enteré de la noticia cuando aún la helada matutina no había empezado ni a calentarse tímidamente con los incipientes rayos del sol mortecino de estos primeros días de enero. Pues no eran pocos los oyentes que en las RRSS se habían hecho eco de la noticia. En algunos casos sin citar la fuente. Todo sea dicho.

     Lo primero que pensé fue que o a Molés le habían traído los Reyes una bola de cristal como aquella de la Bruja Avería. ¿Se acuerdan?: «qué tiene esta bola que a todo el mundo le mola»; y a través de ella había visionado el futuro. O en cambio, alguien le había filtrado la noticia. Me cuesta creer que un periodista de su veteranía se dedique a sus años a lanzar globos sonda.

     Habrá que esperar hasta primeros de febrero, cuándo oficialmente se presente los carteles, para saber si son ciertas esas combinaciones. Aunque tal vez no haya que aguardar tanto puesto que podría darse el caso de que en breve en un medio que hoy no recogían la ‘primicia’ del mundo del toro se filtre alguna novedad o variación. Vayan ustedes a saber.

     Donde es seguro que no van a encontrar nada al respecto es en BADAJOZ TAURINA. No porque estemos en contra de las exclusivas sino porque aquí los Reyes han sido más modestos y no nos han traídos bolas de cristal, ni creo que ningún pajarito vaya a venir a susurrarnos nada al oído. Y, también, porque nosotros no solemos perseguir este tipo de noticias con tanto ahínco. Dicho sea de paso, ni nos hemos hecho eco del adelanto de la SER. Prueba palpable del interés que nos provoca.

     No sé a ustedes, pero a mí cada año me molesta más que se adelanten tanto todas las cosas:  ya sea los anuncios y reclamos de la Navidad que a finales de octubre ya parece que estemos en la Purísima o los carteles de Olivenza el mismo día que guardamos los adornos navideños. Esta necesidad imperiosa de noticias frescas cada minuto, en contra de lo que pudiese parecer, me provoca hastío. Entre otras cosas porque cuando llega la hora en que la noticia debe ser de verdad noticia está ya tan manida que ni siquiera llama la atención, con la consiguiente pérdida de interés y de efecto.

     Total, tantas prisas por saber que en Olivenza un año más repetirán practicamente los mismos hierros y casi la totalidad de toreros de un año a otro. Como parece desprenderse de la primicia de Molés. Era algo más que previsible. Sinceramente, para ese viaje no creo que sea necesario formar tanto alboroto a primeros de enero y menos de madrugada.

     Lo único bueno de todo esto es que al menos este año nos hemos ahorrado el tradicional bulo de que José Tomás pudiese comenzar en Olivenza su particular temporada. Bulo del que no nos vamos a librar en pasando la feria oliventina con Badajoz como proclama. ¡Qué tostón!