ARCADIO ALBARRÁN - Ganadería

Solera ganadera

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Los ‘parladé’ de Arcadio Albarrán Olea campan a sus anchas por la excelente dehesa de ‘Pedro Martín’ en las dulces tierras de Alconchel. Don Arcadio y sus hijos los miman como sólo ellos, amantes del toro, saben hacer desde los albores del pasado siglo.

Fotografías: José María Ballester.-

Textos y pies: Antonio Girol.-

Aquella afamada ganadería que se anunciase en los carteles como ‘Campos Varela’ y que por sus venas corriese sangre de Murube y Parladé, se dividió allá por 1912 en tres lotes. Uno de ellos, el de Eduardo Campos Fuentes, pasaría en 1923 a manos de Arcadio Albarrán García-Marqués. Tres años más tarde aquellas reses pasarían a manos de su hijo Arcadio Albarrán Díaz de la Cruz, quien lidia sus toros con la divisa colorada, gris plomo y amarilla en Madrid la tarde del 3 de septiembre de 1939.

En 1973 será otro Arcadio, en este caso Albarrán Olea, su actual propietario, el que recibiría el testigo de la vacada, refrescándola en 1980 con sementales de don Felix Cameno, proporcionando a los productos un mayor volumen y temple y en 1989 añadiendo sementales de “Los Guateles”.

En este reportaje vamos a darnos una vuelta por el campo bravo extremeño, por entre los ‘parladé’ de Arcadio Albarrán Olea. Espero que disfrutes con la visita…(para ver las fotos en mayor tamaño cliquea sobre ellas).

La inscripcion en el muro nos lleva a nuestro destino...

Ganadero y mayoral encaminándose a la manada.

Para recoger a los toros sueltos.
Y llevarlos con el resto. Ante estos animales todos los movimientos han de ser pausados, tanto a pie como a caballo. A fin de que no molestarles en su hábitat natural: la dehesa.
Distintos cerrados separan a unos lotes de otros. La majestuosidad de este bonito salpicado recorta el firmamento. Al que ahora vemos de frente en toda su majestuosidad.
Una pinta que se da en bastantes toros de la casa. Como se puede apreciar en este otro ejemplar. Prueba del importante goterón de sangre 'juampedro'.
Si no fuese por la señal de las orejas podría pasar por un 'pabloromero'. El pelo negro también impera en la sangre de los 'arcadios'. En una mezcolanza crómatica que se dibuja en el paisaje.
La seriedad y la hondura se adivinan en este imponente ejemplar. De imponentes hechuras Como en este otro.
Los toros poco a poco se van acercando a los comederos. Tras el pienso toca refrescarse. Por dentro y por fuera.
Para más tarde mosquear al sol. O a la sombra, depende de los gustos. La sombra de la encina siempre es buen cobijo para toro y ganadero.
La seriedad del novillo recorta la línea del terreno. Cada año la sombra es la misma, sus moradores distintos. Toros que ennoblecen un apellido
Y engrandecen una divisa y un hierro. Señero del campo bravo extremeño. Como son los ejemplares de Arcadio Albarrán Olea.

*José María Ballester es fotógrafo  y autor del libro ‘El toro bravo en la raya’.